jueves, 8 de julio de 2010

Pañuelo de sirena



Vengo de tierra interior
para bañarme en tus playas
y, en toda mi vida anterior
nunca me acerqué hasta el Falla.

Andando por La Caleta
me encontré una caracola
que me miraba muy quieta;
estaba en la arena sola.

Me la puse en el oído
y me dio sueños de sirena
con un profundo zumbido
y una sensación amena.

De pronto sentí su frescor
que me fue la mar de grato
llenándome de temor;
no conocía aquel dato.

Oí una voz que decía:
ponme en el mar que es mi medio,
te cantaré una elegía
si me libras de este asedio”.

Dijo que el Sol la mataba
y que estaba allí perdida
porque una ola la arrastraba
y temía por su vida.

La coloqué con cuidado
unos pasos mar adentro;
estaba preocupado
por aquel extraño encuentro.

Pronto le perdí la pista;
me fui pensando en el hecho
volviendo atrás la vista
sintiendo pena en mi pecho.

De pronto una voz se oyó
tan dulce y tan bien timbrada…
como jamás oí yo,
tan tierna y bien afinada.

Se me puso por delante
una dama tan hermosa
que me impresionó bastante,
pues ella era muy preciosa.

Me llamó: ¡samaritano!
soy la humilde caracola
que has salvado con tu mano
al verme en la playa sola”.

Seré tu novia del mar,
deseo ser tu nereida
en este inmenso lugar
donde se encuentra mi vida”.

Yo, la besé caballero
y me besó agradecida
con tanta gracia y salero…,
y se marchó enseguida.

Me regaló su pañuelo
de lágrimas empapado;
lo guardo con mucho celo…
como prenda me ha quedado.

Ahora voy a La Palma,
me apoyo en la balaustrada
a mirar la mar en calma
por si la veo asomada.

Con mi caracola sueño
todas las horas del día
y por más que pongo empeño,
ya no tendré su alegría.
El Puerto de Sta. , Julio'2010
José Teodoro P.G.

5 comentarios:

Piedad dijo...

Sí, aquí se encuentra alegría
y el placer de leer
estas bonitas poesíasandando por la playa
acariciando la arena
mientras oyes el el cantar de una sirena.

Saludos.

Piedad dijo...

Cuando se ve através de una voz y esta se calla, pasa lo que a mí me ha pasado en el comentario anterior, que me he quedado sin luz para seguir escribiendo y es aquí el resultado. Es como el que escribe con los ojos cerrados. Sé que lo comprenderás.

Saludos.

J. Teodoro P. G. dijo...

Con la arena dorada como alfombra
piso el bordecito del agua
chapoteando olitas rizadas
que la mar salada me regala;
echo a volar mi mente desosupada,
que sueña con caracolas nacaradas
que por el fondo se desplazan
pergeñando una osada trama
de amores que engañan
por su irrelidad demostrada.

Que tengas una estupenda semana.
Saludos cordiales

Margary Gamboa dijo...

Entre la playa dorada, la niña y la caracola, anduviste entre las olas para encontrar tu sirena. Amigo Teodoro, no había tenido el gusto de leer antes tu poema “Pañuelo de sirena” y la verdad es que me ha perecido un verdadero regalo, está escrito con un gusto exquisito. Cierto es que tiene alguna similitud con el mío de “La caracola” pero para decir verdad, creo que el tuyo es mucho mejor.
Ahora seguiré mi paseo por tu blog, lo encuentro muy interesante, tienes poemas verdaderamente preciosos, deberías plasmarlo en un libro.

J. Teodoro P. G. dijo...

Margary, no había tenido el detalle de responder a tu generoso comentario. Solo añadiré a lo que dices que es un placer escribir sobre temas en los que coincidimos. No menosvalores tu poema que es genial, desde luego, no es peor que el mío; seguro.
Que tengas un buen fin de semana. Atte.
J.Teodoro