Imagen tomada de la red
El final del camino
es la meta,
el objetivo utópico
inalcanzable,
la tendencia a la
dicha perfecta,
el lugar donde el mal
no cabe
porque se va
aparcando por las cunetas
para que el alma
quede libre, sin nada que la ate.
Al final del camino
se llega
después de agotar la
vida
en una permanente
tarea
para apartar cada día
un número indefinido
de piedras
que por nuestra
calzada están esparcidas
para no tropezar con
ellas
para evitar posibles
caídas.
Hemos de mantener
limpio el sendero
para lo cual, hay que
tener mucha vista
caminando con mucho
tiento
para eludir los
cantos y chinas
yendo siempre muy atentos.
Al final del camino
las ilusiones
logran su
cumplimiento
porque allí, a ellas
nada se opone;
allí no existe ningún
impedimento
porque es donde se
dan las buenas condiciones
para que se culminen
los sueños.
Al final del camino
se producen los encuentros
de las almas
enamoradas
que en este mundo,
separación sufrieron
al no poder romper
las trabas
que las
circunstancias les impusieron
impidiendo que se
complementaran
como hubiera sido su
deseo.
Para llegar al final
del camino
hay que irlo cada día
haciendo,
procurando tener buen
tino
para llegar a la meta
enteros
al lugar de nuestros
destinos
para cumplir nuestros
deseos.
Al final del camino
nos veremos
para no separarnos
nunca;
estaremos juntos
hasta el final de los tiempos
disfrutando de la
bula
que al amor nos da
derecho,
un amor de esencia
pura
que es el amor que
echamos de menos
desde que éramos casi
unas criaturas,
porque desde entonces
nos queremos.
Creada el 27.04.2011
J.Teodoro Pérez