Vive sola, está impedida
una noble anciana dolorida
que ha atravesado afligida
un desierto de arenas movedizas
solo por ser una mujer sencilla
que casi ningún derecho tenía.
Sin ninguna compañía,
la abuela protagonista,
sumisa a la tiranía
de alguien que la dirigía
durante toda su vida,
parecía desvalida;
su padre, cuando era niña,
déspota, con represión y riña
la tenía sometida,
luego el marido sería
el que la tiranizaría
tomando el relevo al autor de sus
días;
siguen la cadena sus hijos e hijas
con animadversión y osadía
contra la pobre anciana dolorida
que calla, aunque la pena la
domina.
Ahora espera la partida,
resignada, por el abandono de su
familia
que le niega tiempo y compañía
sin tenerle un gesto, una caricia.
Escrito el 06.08.2010
J.Teodoro Pérez
J.Teodoro Pérez