martes, 28 de agosto de 2012

A vueltas con la ribera






La ribera aparece sobria, tristona;
muchos árboles han perdido el follaje
y se muestran esperpénticos,
como fantasmas con muchos brazos
que ahora no nos dan ni siquiera sombra.

Otros mantienen verdes sus hojas
formando unos salpicones verde-hoja
que contrastan con el manto siena
de las hojas caducas desprendidas
de las ya desnudas ramas.

El conjunto da un poco dé tristeza
porque apenas se oye cantarín por las piedras
un hilillo de agua que baja
por el cauce casi seco de la correntera.

Algún petirrojo posado en la chopera
canta incesante para su hembra
que busca el sustento entre las matas casi secas.

Se oyen otros pajarillos propios de ribera
que gorjean sus trinos sin descanso
como queriendo animar el entrono
de los calmos meandros
que se forman en la llanura de la vega.

La vista sigue siendo atractiva
y el frescor de la tarde
acaricia delicado nuestras caras
mientras, cogidos de la mano
paseamos por las veredas
viendo moverse las hojas de los álamos;
te doy un beso en la cara
y me regalas una sonrisa de perlas;
yo miro en tus ojos de ensueño las chispas
que relumbran llegándome al alma;
te aprieto contra mi cuerpo
y nos besamos entre algarrobos y zarzas
antes de volvernos a casa
tras pasar una tarde muy grata.
Creada el 01.11.2009
José Teodoro Pérez
28.08.2012