miércoles, 17 de abril de 2013

Sin vuelta atrás


Que el tiempo en balde no pasa
es algo que se nos dijo;
que tuviéramos de fijo
que el tiempo es algo que abrasa.

Solo el tiempo en su transcurso
nos detalla la verdad
cuando nuestra mocedad
va olvidando su discurso.

Como surcos de besanas
se nos van quedando aradas
con líneas bien marcadas
las caras, antes lozanas.

Las facciones se mudan
y los cuerpos se deforman
y a otros modelos se ahorman,
tanto que, de su ayer…, dudan.

También cambian: ideales,
se truecan las ilusiones
por mudar las condiciones,
por cuestiones principales.

Con la edad se saborea
quizá un poco más la vida
porque se tiene vivida
la parte menos fea.

Revestidos de paciencia,
se da a la realidad
mejor oportunidad
y mayor independencia.

Se ve que el tiempo conduce,
traza sus comportamientos
y controla los momentos
que nuestra atracción produce.

El tiempo marcha implacable
y no tiene vuelta atrás,
pasa y ya no vuelve más,
eso es cuestión indudable.

Tan solo la evocación
nos da amago de retorno
para caer en bochorno
porque solo es ilusión.
Creado el 27.11.2010
José Teodoro Pérez 
 (Autor-propietario)