Dime tú, amor de mi ayer
el que trastornó mi vida
volviéndola del revés
¿la ilusión quedó perdida?
Dime tú, amor juvenil,
el que despertó mis sueños
de mi letargo pueril:
¿es verdad que te perdí?
Dime tú, mi amor primero,
el de tiernas sensaciones,
que ardía igual que el fuego,
¿ya no quedan conexiones?
Dime amor, que tanto te quise,
el que me hizo tan feliz
en unos momentos firmes,
¿estás aún por ahí?
Dime amor, que me quisiste
que sentiste igual que yo;
cuando tú te despediste
¿fue porque todo acabó?
Dime, amor, ¿tienes rescoldos
de la cálida candela
que nos consumió a los dos
como brazada de leña?
Dime, amor desperdiciado,
tú que me diste alegría
por tu tacto delicado
¿es verdad que me querías?
Di, amor, si todavía
crees que la relación
aún permanece unida
con enlazado eslabón.
Dime amor, ¿solo tuvimos
entretenimiento simple?
¿Es que lo que sentimos,
en cierto modo, pervive?
Dime, amor que sí es posible,
que nos une en la distancia
que aquel cariño sensible
conserva aún su prestancia.
Dime que también te alegras
cuando a solas rememoras
un amor de tanta fuerza,
¿de vez en cuando lo notas?
Dime amor, ¿somos pareja?
¿vivimos en paralelo
un delito de sentencia
ante la corte suprema?
Dime por qué hemos guardado
aquella vieja atracción
¿si solo nos ha acarreado
pesar, tristeza, dolor?
Dime amor que son así
las cosas de los amores;
por ellas hay que sufrir
demasiados sinsabores.
Dime amor ¡vamos bien,
no depende de nosotros
que nuestro viejo querer
tenga aún, algún alboroto!
El Puerto de Santa María, Abril'09
J.Teodoro Pérez Gómez
sábado, 4 de abril de 2009
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