martes, 27 de julio de 2010

Puente entre dos mundos




Admiro la belleza femenina
en un cuerpo perfecto…, de mujer
que es de lo más bonito que hay que ver
cuando bien, sus proporciones combina.

Ella es la más perfecta obra divina
por su ternura y su bien hacer;
porque ella es …, tan elegante.., tan fina…

Amo a la mujer en su integridad
porque es el puente entre nuestros dos mundos,
que está en la Tierra pero anuncia el Cielo.

La mujer está pidiendo igualdad
cuando nos separan fosos profundos,
mas nosotros, ocupamos el suelo.

Ella es la joya de la Humanidad
a pesar de que haya hombres inmundos
que llenan su vida de desconsuelo.
J. Teodoro Pérez
Julio'2010.-

jueves, 8 de julio de 2010

Pañuelo de sirena



Vengo de tierra interior
para bañarme en tus playas
y, en toda mi vida anterior
nunca me acerqué hasta el Falla.

Andando por La Caleta
me encontré una caracola
que me miraba muy quieta;
estaba en la arena sola.

Me la puse en el oído
y me dio sueños de sirena
con un profundo zumbido
y una sensación amena.

De pronto sentí su frescor
que me fue la mar de grato
llenándome de temor;
no conocía aquel dato.

Oí una voz que decía:
ponme en el mar que es mi medio,
te cantaré una elegía
si me libras de este asedio”.

Dijo que el Sol la mataba
y que estaba allí perdida
porque una ola la arrastraba
y temía por su vida.

La coloqué con cuidado
unos pasos mar adentro;
estaba preocupado
por aquel extraño encuentro.

Pronto le perdí la pista;
me fui pensando en el hecho
volviendo atrás la vista
sintiendo pena en mi pecho.

De pronto una voz se oyó
tan dulce y tan bien timbrada…
como jamás oí yo,
tan tierna y bien afinada.

Se me puso por delante
una dama tan hermosa
que me impresionó bastante,
pues ella era muy preciosa.

Me llamó: ¡samaritano!
soy la humilde caracola
que has salvado con tu mano
al verme en la playa sola”.

Seré tu novia del mar,
deseo ser tu nereida
en este inmenso lugar
donde se encuentra mi vida”.

Yo, la besé caballero
y me besó agradecida
con tanta gracia y salero…,
y se marchó enseguida.

Me regaló su pañuelo
de lágrimas empapado;
lo guardo con mucho celo…
como prenda me ha quedado.

Ahora voy a La Palma,
me apoyo en la balaustrada
a mirar la mar en calma
por si la veo asomada.

Con mi caracola sueño
todas las horas del día
y por más que pongo empeño,
ya no tendré su alegría.
El Puerto de Sta. , Julio'2010
José Teodoro P.G.