Foto tomada de la red
Por mucho amor que se tenga en la vida
aun siendo lo más feliz que se pueda
en nuestro recuerdo siempre nos queda
un amor que nuestra alma nunca olvida.
La ternura, la generosidad
de aquel primer amor que descubrimos
la enorme fuerza con que lo sentimos
nos quedó para la posteridad.
Puede que fuera un amor sin futuro
porque no teníamos experiencia
pero lo que dejó en nuestra conciencia
fue un sentimiento de amor noble y puro.
Amor que nos llevó al mundo de adultos
balbuceando en parte sus secretos
por más que se quedaran incompletos
al permanecer de algún modo ocultos.
Aquel amor era ilusión, belleza
lleno de perfección y honestidad
en el que compartir la intimidad
llevaba mucha carga de pureza.
Fue un amor tan sumamente impactante
que sus efectos aún prevalecen
para siempre y, no desaparecen
porque tuvo un carácter deslumbrante.
Su pérdida representó un gran hito
en nuestro posterior comportamiento
que nos condujo a andar con mucho tiento
hasta encontrar otro amor exquisito.
Amar es un hecho maravilloso,
ser amado no tiene parangón
quizá por eso nuestro corazón
guarda el recuerdo de algo tan hermoso.
Porque como amamos fuimos amados
de un modo hasta entonces desconocido
aquel amor nunca cayó en olvido;
ahí está con tintes casi sagrados.
Creada el 24.07.2013Autor propietario:
José Teodoro Pérez G.