Nuestros espejos

Venimos de casta de luchadores,
mamamos los pechos de la humildad,
criados en campos de explotación,
nos rebelamos.

Vivimos con modestia y sensatez,
teníamos una familia unida,
éramos felices a nuestro modo
éramos serios.

Nos enseñaron a ser responsables,
educados, respetuosos, soberbios,
a que nadie nos comiera el terreno,
a ser enteros.

Aprendimos a adaptarnos al medio,
sin menoscabar nuestra dignidad,
a ser generosos cuando pudiéramos,
es mandamiento.

Supimos que la sangre y la amistad
comprometen para toda la vida
que amar es extraordinario evento
mas, con respeto.

Nos inculcaron que la libertad
es una cualidad irrenunciable
por la que debe lucharse con fuerza,
es un derecho.

Nos hicieron saber que los recursos
deben rentabilizarse óptimamente,
que debe renunciarse a lo superfluo,
es necesario.

Trabajamos con propias herramientas
con las que cultivamos nuestras tierras;
hemos recogido nuestras cosechas
con todo el grano.

Fueron nuestros padres “todo terreno”
geniales, nuestros primeros maestros,
constantes, dignos del mayor respeto,
nuestros espejos.

Luchadores tenaces, incansables
entretenidos en largas jornadas
para ganar escuálido sustento,
¡Cuánta injusticia!

A ellos mi amor, mi reconocimiento
mi agradecimiento y mi comprensión
deseándoles el descanso eterno;
mi admiración.

J.Teodoro, Agosto'08