domingo, 13 de mayo de 2012

Alfareros del amor














I

Igual que el alfarero cuida el barro
manteniéndolo húmedo, fresco y suelto,
atendí el amor en que me vi envuelto,
como él, hacía su jarrón, su tarro.

Yo, no construí ni siquiera un cacharro
en que tú y yo no fuéramos de acuerdo,
pero recordarás, como recuerdo
que amarnos era más que hacer un jarro.

Pedaleando el torno de la unión,
modelaron nuestras hábiles manos
aquel afecto tan bien rematado.

Pusimos como niños la pasión,
de ello aún nos quedan ecos lejanos;
¡pena que al final terminó quebrado!

A veces, creo escuchar la canción
de nuestros besos, cual barro en las manos
del alfarero, artesano asentado.


II
Quiero ser alfarero que modela,
de tu cariño, la materia prima
para ponerte mis manos encima,
para hornearte luego en mi candela.

Tienes formas en una muy buena tela
que no se hacen con tornos ni con lima;
son formas tuyas que mi mano mima,
usando de artimaña y triquiñuela.

Mis dedos examinan tus perfiles
y te entrego mi cariño a raudales
en respuesta al tuyo tan desprendido.

Quiero mirarme en esos dos candiles
que tienes por ojos; no hay otros iguales,
al menos, yo no los he conocido.

Le daré a tus labios besos a miles
que son del amor notas principales
que tantas veces hemos compartido.
J.Teodoro Pérez (05.11.2009), Mayo'2012

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