martes, 5 de abril de 2011
Un fuerte meco
Quisimos empezar
uniendo en una vida nuestras vidas;
quisimos navegar
por las olas movidas
de aguas que nos eran desconocidas.
Fuertes nos enfrentamos
a un futuro en buena parte incierto,
para lo cual fletamos
nuestro barco en el puerto
zarpando a singlar por un mar abierto.
Muchas veces el viento
nos obligó a desviar nuestro rumbo
buscando el barlovento
para evitar el tumbo,
pues zozobrar tiene duro gachumbo(1).
Buscando favorables
vientos, que son los que calman la mar
hicimos navegables
las jornadas sin par
conjugando juntos el verbo “amar”.
Hacemos travesía
con manejo experto de nuestra nave;
nuestro amor cada día
marcha mejor, si cabe,
sin tener un inconveniente grave.
Nuestro barco, varado
lleva mucho tiempo en el dique seco
(¡con lo que ha navegado!),
porque hay algún fleco
que ha dado al velamen un fuerte meco (2).
(1)Gachumbo: Cáscara dura de algunos frutos. Por extensión, cosa difícil.
(2)Meco: Golpe
J.Teodoro, Abril'2011
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