viernes, 20 de marzo de 2009

Una lágrima de orgullo

Una lágrima de orgullo
Siempre me ha acompañado
aquella lágrima que me lloraste
por aquel beso educado
que tú me regalaste
por mi amor declarado que aceptaste.

Lágrima que rozó
mis labios jóvenes y temblorosos
y que significó
uno de los hermosos
de ti para mí, momentos honrosos.

La lágrima de orgullo
que todavía altera mi entereza
pues fue como un capullo
que con delicadeza
me entregaste en prueba de grandeza.

Porque era para mí
un gesto generoso por tu parte,
el cual yo recibí
dispuesto para amarte
con la intención de, jamás olvidarte.

Lágrima cristalina,
perla transparente de mi emoción,
piedra preciosa fina,
joya de mi pasión,
tesoro guardado en mi corazón

El Puerto de Santa María, Marzo'2 009
José Teodoro Pérez Gómez

5 comentarios:

La Calderón dijo...

Querido Pepe, me alegra mucho saber que hay personas capaces de amar de ésta forma, es evidente que aquí no hay metáfora y, has amado, amas y seguirás amando a tan feliz destinataria de tu inspiración.
Tus palabras manifiestan álgo que no es común hoy en día.
Es el amor puro y transparente, el amor de verdad, y a como vá el mundo, son pocos los agraciados.
¡¡Te felicito amigo!! Y también a la destinataria, reitero, de tu inspiración.
Un fuerte abrazo a la distancia, gaditano.....
Susana.......

Conchi dijo...

Momentos de amor que nunca se pueden olvidar, como tampoco se olvida a la persona amada...
Me alegro que sigas escribiendo.
Un abrazo.
Conchi

J. Teodoro P. G. dijo...

Susana, no siempre los poemas de amor indican una situación propia del autor, pero quizá haya en el fondo un pequeño rescoldo, en muchas ocasiones. Tu comentario es muy edificante. Un abrazo también para tí.

J. Teodoro P. G. dijo...

Conchi, me agrada tener noticias tuyas.
Para no insistir en lo que he dicho más arriba, reconozco que donde hubo amor algo quedó, aunque la frase resulte tópica. Pero no podemos olvidar a ninguno de nuestros amores, si es que hemos tenido más de uno. Todos tienen su particular encanto y cada uno ha dejado una huella particular. Alguno de ellos, quizá un regusto amargo por haber sido una frustración, (que de estos también los hay).
Un abrazo. Hasta pronto.

J. Teodoro P. G. dijo...

Hola, Conchi. He visto tu reportaje "más que profesional" de tu visita a Cádiz. Te lo comento desde aquí porque no he podido entrar en tu página.
Me ha encantado, porque conozco todos los lugares que citas pues allí estudié mi carrera cuando la Escuela Normal estaba en lo que hoy es el edificio "2" de la Escuela Superior de Ingeniería, frente, por un lado al Hotel Parador Atlántico y por otro al Club Municipal de Tenis; aparte ejercí un año académico en la Institución Rodríguez de Valcárcel, en un ala del imponente edificio que funcionó como Escuela Aneja, justo en el Barrio de la Viña, frente a la playa de la Caleta y al antiguo Balneario de la Palma, hoy una dependencia de la Junta de Andalucía - ahora parece que quieren habilitarlo para covertirlo en hotel.
Yo me hago también algunas preguntas sobre el monumento a Bolívar y otro que hay en la Avenida, junto a la Iglesia de San José, a J. de Sanamartín, pero ya sabes... "así es Cai", "así es España".
El árbol grande a que te refieres situado en la puerta de la Facultad de Ciencias Económcas y Empresariales (antiguo Hospital de Mora) es un castaño de Indias.
Hiciste un buen reportaje sobre el casco histórico de Cádiz. Para que estuviera completo, faltan unas fotos del Populo, donde está el teatro romano y otros vestigios de la historia, detrás del Ayuntamiento y dando al Campo del Sur. Pero deseluego, no seré yo quien le ponga ni un "pero a tu artículo histórico-turístico"
Que tengas una buena semana de Pascua.
Un abrazo y hasta pronto