en la quietud serena del silencio
me llegan los ecos de tu recuerdo
en miel envueltos.
La brisa suave acaricia tu pelo,
melena ondulada de oro trigueño
que me evoca los bellos sentimientos
que aún te tengo.
Amanece el día, llega
sus rayos poetas vienen despiertos;
abro los ojos por ver si te veo
y no te encuentro.
Me oigo el corazón latir en el pecho,
digo tu nombre con labios cerrados,
no hay respuesta, tú no estás a mi lado.
¿Por qué te has marchado?
Te fuiste dejándome un gran vacío
que me acompaña como único amigo,
yo no sé ocuparlo, ¿por qué partiste,
cariño mío?
JTeodoro
2 comentarios:
¡Cómo se echan de menos las personas queridas! ¡Qué grande es el vacío! Tenemos los recuerdos, tenemos los buenos momentos vividos. Ya tenemos algo.
Un abrazo, José.
Conchi
Gracias, Conchi por comentar esta otra entrada mía.
Como ves casi todo lo que pongo es poesía, muy sencilla, pero pretendo que sea clara y cercana, cantando a las cosas cotidianas y, particularmente a la mujer y al amor. Un idealista, vamos.
Un abrazo de amistad
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